DETERMINANTES ESTRUCTURALES DE LA SOBREEXPLOTACIÓN DEL TRABAJO FEMENINO EN VENEZUELA

La sobreexplotación consiste en disminuir el valor real que tiene la fuerza de trabajo. En éste sentido no se trata de incrementar el desarrollo de la capacidad de producción que tiene el trabajador, sino por el contrario, se incurre en su explotación para a si lograr y aumento significativo en las ganancias a costa de la fuerza productiva.

La intervención del estado en el aspecto económico que se da en Venezuela desde la época de los ochenta hasta los actuales momentos, en lugar de estabilizar la economía, está logrando un aumento en la tasa de desempleo y la disminución del poder adquisitivo, lo cual, induce a la mujer a buscar mayor fuente de ingresos para contrarrestar éste efecto incorporándose de ésta manera al mercado laboral.

Cuando se usan políticas ineficientes en la economía de un país, se está golpeando la generación de fuentes de trabajo, y en el caso venezolano la peor parte recae sobre las mujeres quienes presentan una mayor tasa de desempleo en comparación a los hombres.

En consecuencia se incrementa el volumen de la actividad informal, la cual, lleva consigo bajos ingresos, productividad ineficiente, aumento de la jornada laboral y en muchos casos condiciones de trabajo precarias. En éste sector informal se encuentra en mayor medida la mano de obra femenina.

No se debe dejar de lado que el deterioro en los puestos de trabajo, la inestabilidad y la sobreexplotación de la fuerza laboral también se encuentra afectada por la inclusión de lo que se conoce como flexibilidad laboral que no es más que la desregulación de las normas existentes aumentando las ganancias para el capital y disminuyendo el beneficio para los trabajadores.

Ésta flexibilidad hace cada vez más precario el trabajo de las mujeres, aunado a ello que por lo general los trabajos son menos productivos y con ingresos inferiores a los de los hombres.

La incorporación de la mujer en el campo laboral es un hecho reciente incluso en los países desarrollados, puesto que siempre se le condenó al trabajo domestico y asistencial. Fue a mediado de los años ochenta que se abrió paso a la mujer latinoamericana en el campo laboral del sector terciario.

Por el acervo cultural a las mujeres siempre se les han asociado los trabajos fáciles como cocinar, lavar, planchar, educar, atender al público o administrar organizaciones simples, toando en cuenta que desde niña a la mujer se le inculcan éstos principios, mientras que al hombre se le atribuyen tareas complejas, creativas, profesiones difíciles que requieren de esfuerzo mental y físico.

Ésta cultura afecta y tiene consecuencias negativas en lo laboral, puesto que son mayores las remuneraciones que reciben los hombres por ser quienes supuestamente llevan la carga más pesada en comparación a las que reciben las mujeres por dedicarse a tareas “fáciles” que no requieren de gran esfuerzo.

Todo esto crea en la mujer una falsa creencia inclusive a las de mayor nivel educativo quienes se internalizan en la subordinación.

Está comprobado que en Venezuela se acentúa la brecha salarial entre el hombre y la mujer, puesto que ésta última necesita un nivel educativo muy superior al del hombre para acceder a las mismas oportunidades.

La situación laboral que presentan las mujeres en Venezuela se da por los problema estructurales que existen en el país, tales como la incapacidad del aparato productivo para absorber la mano de obra que se ve acentuada por la discriminación de los estratos inferiores, los cuales deben acumular gran cantidad de capital para que la mano de obra sea absorbida por un estrato superior, en segundo lugar se tiene la absorción regresiva de la mano de obra la cual se da cuando la población se traslada y no logra emplearse en un sector productivo lo que trae como consecuencia que la fuerza de trabajo termine en los sectores improductivos, en tercer lugar se tiene la desviación del excedente lo cual es producto de la adquisición de tecnologías haciendo un uso inadecuado de los recursos y llevando a generar un numero de puestos de trabajo realmente insuficientes en comparación al número de personas que optan por emplearse, en cuarto lugar esta la informatización improductiva lo que hace aumentar el sector informal haciéndolo cada vez más competitivo impidiendo así el aumento del ingreso del sector, y por último se tiene la profundización del desarrollo que tienen los países latinoamericanos.

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